Cultivando buenos pensamientos
Recibamos, entonces, todo lo que nos pueda suceder, con buen juicio; incluso cuando todo lo que nos rodee sea desagradable y malo, aceptemos todo con ecuanimidad, porque Dios todo lo allanará y arreglará.
Otro método psicoterapéutico es el de cultivar buenos pensamientos. He señalado la necesidad de detener cualquier pensamiento cuando oramos, aún tratándose de un pensamiento bueno. Los principantes en la vida espiritual deben cultivar pensamientos buenos y guardarse de divagaciones viciosas, porque éstas pueden despertar en la mente una espiritualidad demónica. En este sentido, el anciano Doroteo nos hace un insistente llamado: “Por eso, siempre les digo que sean diligentes, procurándose buenos pensamientos que puedan encontrar luego con facilidad”. Recibamos, entonces, todo lo que nos pueda suceder, con buen juicio; incluso cuando todo lo que nos rodee sea desagradable y malo, aceptemos todo con ecuanimidad, porque Dios todo lo allanará y arreglará: “Recibe el entrelazamiento de lo bueno y lo malo con ecuanimidad, y Dios allanará las desigualdades entre las cosas” (San Marcos el Asceta). Así, los pensamientos malos pueden transformarse en pensamientos buenos.
(Traducido de: Mitropolit Hierotheos Vlachos, Psihoterapia ortodoxă: știința sfinților părinți, traducere de Irina Luminița Niculescu, Editura Învierea, Arhiepiscopia Timișoarei, 1998, pp. 275-276)