¡Das pan y recibes Cielo!
Dale a los pobres y, aunque calles el día del Juicio, numerosas bocas te defenderán. ¡Porque la misericordia estará allí y dará testimonio, para tu salvación!
Llegar al Cielo es como una transacción, pero nosotros somos tan inconstantes... Das cosas pequeñas y recibes otras, grandes. Das cosas perecederas y recibes cosas eternas. Si existiera un bazar en el que pudieras encontrar muchísimas cosas baratas y buenas, ¿no venderías todo lo que tienes, no harías todo lo posible por comprar esos productos?
Así pues, ¿por qué eres tan voluntarioso con lo banal, pero tan inconstante e indiferente con lo eterno? Dale a los pobres y, aunque calles el día del Juicio, numerosas bocas te defenderán. ¡Porque la misericordia estará allí y dará testimonio, para tu salvación!
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele vieții, Editura Egumenița, Galați, 2007, p. 83)