De cómo el demonio le teme al agua bendita
El padre Kuksha aconsejaba que todos los alimentos y cosas nuevas fuesen bendecidos con agheasma (agua bendita),
El padre Kuksha aconsejaba que todos los alimentos y cosas nuevas fuesen bendecidos con agheasma (agua bendita), y que antes de dormir cada monje rociara su celda con ella. Por la mañana, al salir de su celda, siempre rociaba con el agua santa.
Un joven discípulo, sin comprender por qué el padre hacía esto cada noche, le preguntó:
—Batiushka, ¿para qué hace eso? ¿Qué utilidad tiene asperger con agua bendita?
Y el padre le respondió con calma:
—Créeme, es muy importante hacerlo...
Pasaron tres días. El padre estaba en la celda junto a su discípulo, y comenzó a rociar como de costumbre con agua bendita. Entonces, sucedió algo que el joven monje relataría posteriormente con estas palabras:
—¡De pronto, vi algo aterrador! ¡La celda estaba llena de demonios que corrían desesperados hacia la puerta, pero no lograban salir, tropezando unos con otros...!
Mientras rociaba la habitación, el padre le preguntó:
—¿Has visto por qué es necesario utilizar siempre el agua bendita?
Entonces el discípulo respondió, asombrado:
—Batiushka, ¿cómo es esto posible?
—¿Así que tú también los viste? —continuó el padre Kuksha.
(Traducido de: Viața și minunile Sfântului Kukșa din Odessa, Editura Sofia, p. 38)
