De cómo el hombre terminó siendo esclavo de sus pasiones
Desde unos oscuros abismos braman los servidores del infierno, tratando de alentar la iniquidad, el desenfreno, el pecado.
Habiendo abusado de la libertad que Dios le concedió, el hombre cayó de su estado primigenio; así, después de haber sido señor, terminó como siervo, como esclavo de sus pasiones. (Al caer), toda la creación se alteró.
Desde unos oscuros abismos braman los servidores del infierno, tratando de alentar la iniquidad, el desenfreno, el pecado. Por medio de ciertas ondas, programas y páginas, el maligno sigue intentando inmiscuirse en nuestra alma, nuestra mente, nuestro corazón y nuestra vida, así como en la vida de nuestros hijos.
Verdaderamente, una lucha, una guerra sin tregua es la del demonio en contra de Cristo en este mundo.
(Traducido de: Înaltpreasfințitul Iustinian Chira, Cuvintele Părintelui ‒ un ghid al frumuseții lăuntrice, Editura Mega, Cluj-Napoca, 2009, pp. 90-91)