Palabras de espiritualidad

De cómo nos lleva el maligno a enfadar a Dios

    • Foto: Benedict Both

      Foto: Benedict Both

Cuando creemos que hacemos la voluntad de Dios, (el maligno) se nos acerca sigilosamente, sin que nos demos cuenta.

Nuestro enemigo se vale de dos cosas para hacernos enfadar a Dios: primero nos arroja a los vicios y las pasiones, y después, si no tuvo éxito en lo primero, nos arrastra al orgullo. ¿Cómo? Cuando creemos que hacemos la voluntad de Dios, (el maligno) se nos acerca sigilosamente, sin que nos demos cuenta. No nos ciega de un tajo con el ogullo, “pero nos convence para que creamos que estamos parcticando las virtudes, mientras siembra en nuestro corazón la vanidad. Así es como se educa el fariseo interior, que día tras día crece y se entrega al orgullo y el engaño…”. Esta reflexión pertenece a un hombre de Dios y gran stárets de Moldova.

(Traducido de: Starețul Macarie de la Optina, traducere de părintele Teoctist Caia, Editura Doxologia, Iași, 2012, p. 281)