De cómo un hombre fue sanado de la parálisis que sufría, gracias a las oraciones de San Juan “el Nuevo” de Suceava
Consciente de que lo que había sucedido era un milagro de Dios, a través de las oraciones de San Juan “el Nuevo” de Suceava, se arrodilló nuevamente y le agradeció al Señor y al santo por todo el bien recibido.
Un día, el técnico de un laboratorio universitario sufrió un terrible accidente laboral, por el cual su cuerpo se vio sometido a una fuerte radiación. Tan poderosa fue la emisión sufrida por aquel hombre, que quedó paralizado de los brazos, incapaz tan siquiera de alimentarse por sí mismo. Viéndose en ese estado, pidió que lo llevaran a venerar las reliquias de San Juan “el Nuevo”. Así, lleno de fe y esperanza en Dios, se acercó al cofre con las reliquias y las veneró con una profunda devoción. Ahí, le pidió al santo su intercesión para el perdón de los pecados que le habían causado tan atroz sufrimiento e imploró su auxilio para que sus brazos y sus manos sanaran, para poder volver a orar y alimentarse por sí mismo, sin tener que ser una carga para los demás.
Mientras oraba así, con todo el corazón y los ojos llenos de lágrimas, sintió que un extraño calor empezaba a brotar de sus manos y un hormigueo recorría sus dedos y sus brazos, hasta llegar a los hombros. En cuestión de pocos instantes, sintió que ya podía mover sus dedos; después, sus manos y, al final, ambos brazos por completo. Consciente de que lo que había sucedido era un milagro de Dios, a través de las oraciones de San Juan “el Nuevo” de Suceava, se arrodilló nuevamente y le agradeció al Señor y al santo por todo el bien recibido.
Después, se levantó y volvió feliz a su casa, en donde les contó a todos cómo el Señor se había apiadado de él.
(Traducido de: Florin Grigorescu, Sfântul Ioan cel Nou de la Suceava în viața credincioșilor, Editura Arhiepiscopiei Sucevei și Rădăuților, 2003, pp. 149-150)