De la necesidad de tener una mente humilde y piadosa
Una mente piadosa puede controlar los pensamientos que brotan, examinándolos y condenándolos, para que, por medio del pensamiento dominante, el cuerpo pueda conocer las pasiones que están latentes en él.
Una mente piadosa puede someter cualquier pasión. Porque se halla ligada al cuerpo como un molino que controla las corrientes de aire que soplan. Del mismo modo, una mente piadosa puede controlar los pensamientos que brotan, examinándolos y condenándolos, para que, por medio del pensamiento dominante, el cuerpo pueda conocer las pasiones que están latentes en él.
Al crear al hombre, Dios dispuso que la mente condujera al corazón, como si fueran los caballos y el cochero de nuestro cuerpo entero, que es como un carruaje formado por cuatro ruedas, por elementos húmedos y secos, con los cuales corremos hasta la separación de alma y cuerpo, de articulaciones y médula, distinguiendo, gracias a la mente que guía, el asalto de los pensamientos buenos y los pensamientos malos.
Y, como si fuera un coche, cogemos los pensamientos como si fueran las riendas y nos lanzamos a los senderos de nuestra voluntad. Así pues, tal como el cochero es quien controla el vehículo, una mente piadosa puede dominar a todas nuestras pasiones.
(Traducido de: Sfântul Simeon Stâlpnicul din Muntele Minunat, Cuvinte ascetice, Editura Doxologia, Iași, 2013, p. 64)