De la templanza al hablar
“Cuando visito la celda de algún hermano, o cuando alguien viene a visitarme, evitamos hablar, para que no caigamos en alguna conversación impropia”
El anciano Ammún fue a buscar al anciano Pimeno, y le dijo: “Cuando visito la celda de algún hermano, o cuando alguien viene a visitarme, evitamos hablar, para que no caigamos en alguna conversación impropia”. Entonces, el anciano le respondió: “Haces bien, porque la juventud necestia ser refrenada”. Y agregó el anciano Ammún: “Los ancianos monjes, siendo virtuosos, no tenían en su interior nada ajeno, ni palabras incorrectas en la boca”. Preguntó nuevamente: “Luego, si necesito hablar con mi prójimo, deberíamos conversar sobre las Escrituras o según las palabras de los ancianos?”. Dijo el anciano monje: “Si no puedes callar, es mejor que hables con las palabras de los ancianos y no de la Escritura, que no es cosa sencilla”.
(Traducido de: Patericul, ediția a IV-a, revizuită, Editura Reîntregirea, Alba-Iulia, 2004, pp. 35-36)