Palabras de espiritualidad

De las alegrías y sufrimientos de la Madre del Señor

    • Foto: Stefan Cojocariu

      Foto: Stefan Cojocariu

Los momentos de alegría en la vida de la Madre del Señor fueron breves y les siguieron grandes sufrimientos.

A lo largo de su vida terrenal, la Madre del Señor también tuvo, como todo el mundo, momentos de gran felicidad, pero fueron muchos más los de sufrimiento.

Ninguna madre de este mundo fue visitada por los ángeles después de dar a luz, ni escuchó cánticos provenientes del Cielo, ni recibió la visita de reyes portadores de excepcionales obsequios, quienes además vinieron a adorar al recién nacido.

Otras alegrías en la vida de la Madre del Señor fueron los milagros y prodigios obrados por nuestro Señor Jesucristo, como la sanación de todos los que venían a Su encuentro y le pedían Su auxilio. ¡Qué felicidad sentía la Madre del Señor cuando veía a los enfermos sanar! ¡Con cuánto gozo escuchaba Sus hermosas prédicas, viendo que también otros las escuchaban con atención y obtenían un gran provecho de ellas!

Pero los momentos de alegría en la vida de la Madre del Señor fueron breves y les siguieron grandes sufrimientos, comenzando con su dolor de madre cuando Herodes, queriendo matar a Jesús, ordenó ejecutar a todos los recién nacidos, y, para proteger a Jesús, la santa familia tuvo que huir a Egipto. Todos los sufrimientos de la Madre del Señor fueron dobles.

Hay una ley natural para todas las madres del mundo: cuando sus hijos enfrentan distintos sufrimientos, también ellas sufren. ¡¿Y cuánto no sufrió la Madre del Señor cuando su Hijo fue apresado, golpeado, azotado y atormentado hasta la muerte en la Cruz?!

Pero la Madre del Señor también sufrió espiritualmente, porque sabía que Jesucristo es el Hijo de Dios, es decir, el Mesías esperado, y que “vino a los Suyos, y los Suyos no lo recibieron” (Juan 1, 11).

(Traducido de: Arhimandritul Serafim ManCrâmpeie de propovăduire din amvonul Rohiei, Editura Episcopiei Ortodoxe Române a Maramureșului și Sătmarului, 1996, pp. 111-112)