De los frutos de la oración por nuestros difuntos
Las oraciones que elevamos por los difuntos nos ayudan a alcanzar la salvación, porque dirigen nuestra mente a las cosas celestiales y la apartan de lo que es efímero y banal.
Al orar por nuestros difuntos estamos cumpliendo con el mandamiento del amor y nos hacemos partícipes de la recompensa celestial. Las oraciones que elevamos por los difuntos nos ayudan a alcanzar la salvación, porque dirigen nuestra mente a las cosas celestiales y la apartan de lo que es efímero y banal. Son oraciones que encienden nuestra alma con el fuego del amor más puro a Dios. Asimismo, nos recuerdan nuestra propia muerte, y ese pensamiento nos impide obrar mal. Ciertamente, orar por nuestros difuntos refuerza nuestra determinación de refrenarnos, favorece la búsqueda de la contrición y nos llena de valentía para soportar los dolores de este mundo, con la esperanza puesta en un futuro celestial.
(Traducido de: Părintele Mitrofan, Viața repausaților noștri și viața noastră după moarte, Editura Credința strămoșească, Petru Vodă – Neamț, 2010, p. 240)