Palabras de espiritualidad

De por qué debemos estar siempre preparados para partir...

    • Foto: Stefan Cojocariu

      Foto: Stefan Cojocariu

Justo cuando parece que no hay nada que pueda ensombrecer su felicidad, repentinamente, resuena para él un terrible llamado: ‟¡Derriben ese árbol!”.

A veces sucede que conocemos a alguien que parece tenerlo todo y es apreciado por quienes le rodean, mismos que no dejan de elogiarlo como si se tratara de un árbol pletórico de frutos. Las ramas de su familia se extienden largas y robustas, llenas de hermosos brotes. Es joven y sano, y todos le desean que viva muchos años. Pero, justo cuando parece que no hay nada que pueda ensombrecer su felicidad, repentinamente, resuena para él un terrible llamado: ‟¡Derriben ese árbol!”. Y aquel mandato se cumple, y la muerte lo golpea de forma inesperada: vencido por el cáncer o alguna afección del corazón, víctima de un accidente fatal, o sometido de cualquier otra manera por la implacable muerte. Y los demás se enteran, atónitos, de que aquel que parecía lleno de vida se ha extinguido para siempre en este mundo.

(Traducido de: Părintele Sofian Boghiu, Smerenia si dragostea, Editura Fundația Tradiția Românească, București, 2002, pp. 23-24)

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