Debemos prepararnos para enfrentar las penas de cada día
Así es como ganamos un coraje inquebrantable.
Debes estar preparado para enfrentar, cada día, cualquier aflicción, reconociendo que las tribulaciones te libran de incontables deudas. Por eso es que debes a agradecerle a Dios por todo. Así es como ganamos un coraje inquebrantable, según las palabras del apóstol: “La tribulación engendra la paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza, y la esperanza no falla” (Romanos 5, 3). “Lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman” (I Corintios 2, 9) es, según esa veraz promesa, lo que se le dará a quienes son pacientes en el sufrimiento, como obra conjunta de la Gracia, porque sin la Gracia nada se puede realizar.
(Traducido de: Simeon Evlaviosul, Capete morale, cap. 14,în Filocalie, vol. VI, p. 92-93)