Decálogo para la felicidad familiar
El matrimonio es una hermosa y continua aventura que nos ayuda tanto a descubrir quiénes somos en realidad como a conocer el mundo espiritual de nuestro compañero de vida. Además, nos ayuda a descubrir, con humildad, a Dios, en la pequeña Iglesia de la familia. Aceptemos a nuestro cónyuge así como es, con sus debilidades y caprichos, y no como quisiéramos que fuera. La familia es un cuadrilátero, una sala de gimnasia espiritual, pero también una antesala al Paraíso, para los que temen a Dios.
Estos son los diez aspectos a tomar en consideración:
1. No actúen como maestros frente a su compañero de vida. La mejor forma de enseñarle algo, es amarlo como a ustedes mismos, respetarlo y vivir en la fe verdadera.
2. El matrimonio es una hermosa y continua aventura que nos ayuda a descubrir quiénes somos en realidad y a conocer el mundo espiritual de nuestro compañero de vida. Además, nos ayuda a conocer, con mucha humildad, a Dios, en la pequeña Iglesia de la familia.
3. Aceptemos a nuestro cónyuge tal como es, con sus debilidades y caprichos, y no como quisiéramos que fuera. La familia es un cuadrilátero, una sala de gimnasia espiritual, pero también una antesala al Paraíso, para los que temen a Dios.
4. Intenta entender a tu esposo. No olvides que el hombre es quien piensa racionalmente, mientras que la mujer ejerce el rol del corazón en la familia.
5. No intentes imponer tu punto de vista, corrigiendo siempre a tu cónyuge. Procura, mas bien, corregir tu propia forma de ser. “¡El amor resiste a través de la comprensión y el perdón!”. ¡No se enfaden, no se enfurezcan y no discutan!
6. Con fe, paciencia y amor es posible enfrentar —con fuerza— todas las penas de esta vida pasajera.
7. Los más grandes enemigos de la vida familiar son el egoísmo y el pecado.
8. El mejor ejemplo para los hijos es que el padre ame a la madre y viceversa. De igual manera, que los hijos vean a sus padres orando y asistiendo a la iglesia.
9. El secreto de la paz en la familia radica en la capacidad de sus miembros, de perdonar, de amarse, de respetarse mutuamente y de buscar la guía espiritual de un confesor.
10. La boda es el “Gran Misterio” que comienza en la Iglesia, se prolonga por medio de la Confesión, la Divina Liturgia y los demás Sacramentos de nuestra fe ortodoxa, tan ancestrales como vivos.
“Arrepiéntanse porque el Reino de los Cielos está cerca” (Mateo 3, 2).
Exhortaciones de un monje del Santo Monte Athos,
L.A.