Del amor y la unión entre esposos
Los esposos nunca deben enfadarse, sino ser siempre indulgentes y pacientes, fortaleciéndose con la fe en Cristo Jesús.
La unión entre esposos debe durar para siempre, hasta la misma muerte. El amor cristiano ama hasta el fin, no sólo por un tiempo: es un amor que permanece y persevera. Cierto es que en algún momento ese amor habrá de enfrentar las pruebas nacidas de la debilidad de alguno de los cónyuges, de las diferencias de carácter o de costumbres, o las que sean causadas por los demás o por el enemigo de la humanidad. ¡Hay que saber vencerlas con valentía! “Sed astutos como serpientes y mansos como palomas” (Mateo 10, 16). Por eso, nunca deben enfadarse, sino ser siempre indulgentes y pacientes, fortaleciéndose con la fe en Cristo Jesús. ¡Que Él sea, para cada matrimonio, ejemplo de amor santo, mansedumbre, inocencia y paciencia! ¡Que Él sea su Luz y su Guía, su Protector y Salvador hasta la muerte!
(Traducido de: Sfântul Ioan din Krostadt, Cum să întemeiem o familie ortodoxă, Editura Sophia, Bucureşti, p. 80)