Del pensamiento al pecado
Entiendo, hermano, el error, ¡pero debe tratarse de un error verdadero, porque si el error se asienta en tí, entonces deja de serlo, convirtiéndose en pecado mortal!
¿Cómo podemos identificar si los pensamientos que salen de nosotros o que vienen de afuera son malos?
—Es que también los pensamientos que vienen de fuera pasan por nosotros, así que al final no logramos distinguir cuáles han salido de nosotros y cuáles han venido de fuera. Sin embargo, es posible observar cuando vemos algo que no nos conviene, y nos vienen pensamientos por ese motivo. Y esos son pensamientos externos que han entrado en tí con tu voluntad, en el pleno uso de tus facultades. Y también eso es pecado, ver cosas que no debes. No todo lo que hace mal al hombre es pecado, porque también existen las equivocaciones. Por ejemplo, Tudor Arghezi dice lo siguiente, respecto a la relación entre error y pecado: “Entiendo, hermano, el error, ¡pero debe tratarse de un error verdadero, porque si el error se asienta en tí, entonces deja de serlo, convirtiéndose en pecado mortal!”
(Traducido de: Arhimandrit Teofil Părăian, Prescuri pentru cuminecături, Editura Arhiepiscopiei Timișoarei, Timișoara, 2004, pp. 53-54)