¡Dios nos cuida y nos protege!
¿Quién podría hablar mejor de nuestra propia existencia, que nuestra madre, en cuyo vientre nos formamos? Aunque las cosas suceden de una forma más especial: ella fue simplemente una “asistente” en algo que ocurrió con la voluntad de Dios, de acuerdo a las leyes naturales, en su existencia para nuestra existencia.
Solemos decir que “las almas de los justos están en las manos de Dios” (así como aparece en la Biblia). ¿Qué significa esto? Que todo lo que tiene el hombre, fuera del cuerpo, pertenece al alma, y las almas de los justos están en las manos de Dios. De hecho, el hombre entero está en manos de Dios.
Nikiforos Crainic dice: Ni siquiera mi madre sabe bajo qué misteriosa ley me otorgó, de su carne, una forma finita, una nada florecida en milagro. ¿Quién podría hablar mejor de nuestra propia existencia, que nuestra madre, en cuyo vientre nos formamos? Aunque las cosas suceden de una forma más especial: ella fue simplemente una “asistente” en algo que ocurrió con la voluntad de Dios, de acuerdo a las leyes naturales, en su existencia para nuestra existencia. Luego, nuestra madre no sabe bajo “qué misteriosa ley” nos dio, de su propia carne, “una forma finita”. ¿Qué soy yo? Una nada florecida en milagro.
(Traducido de: Arhimandrit Teofil Părăian, Cum putem deveni mai buni – Mijloace de îmbunătăţire sufletească, Editura Agaton, pp. 121-122)