Palabras de espiritualidad

Dios nos espera y nos sigue esperando

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Un pensamiento divino nos alza a los Cielos, mientras que uno maligno nos hace descender al infierno.

¡Qué precioso es el tiempo de esta vida! Cada minuto tiene un importantísimo valor, porque en ese lapso podemos pensar muchas cosas buenas, aunque también cosas malas.

Un pensamiento divino nos alza a los Cielos, mientras que uno maligno nos hace descender al infierno.

Así, no olvides cuán valioso es cada minuto de tu vida. Tristemente, casi no pensamos en ello, y dejamos que las horas, los días y los años pasen sin ningún provecho... ¿pero, sólo sin provecho?

¡Cuánto daño nos hacemos —yo el primero—, sin tan siquiera darnos cuenta de ello!

Pero nunca es demasiado tarde, porque el Señor espera que cada uno de nosotros se despierte, para poder encomendarnos Su labor. Él espera hasta la hora undécima. En verdad, Dios busca la forma de despertanos.

¡Oro porque todos seamos capaces, pues, de espabilar, de encender nuestras lámparas y esperar atentos al Señor, para que podamos entrar en la espléndida habitación nupcial de nuestra felicidad eterna, que es la festividad de los luminosos ángeles, para entonar con ellos los cánticos de la Resurrección, alzándonos de gloria en gloria, en los peldaños divinos!

(Traducido de: Comori duhovnicești din Sfântul Munte Athos, Culese din scrisorile și omiliile Avvei Efrem, Editura Bunavestire, p.65)