Palabras de espiritualidad

Dios se revela a quienes le obedecen

  • Foto: Flavius Popa

    Foto: Flavius Popa

La gran bendición de la obediencia, que ampara amorosamente a los fieles que la aprecian, se convierte en el conocimiento de todo lo que no conocen, y en protección y fuerzas para poder poner en práctica los consejos-preceptos recibidos.

Cuando queramos conocer la voluntad de Dios, lo primero que tenemos que hacer es renunciar totalmente a la nuestra, junto cualquier otro pensamiento o esquema mental, y, con profunda humildad, pedir en nuestra oración poder conocer lo que Dios quiere de nosotros. Después, cumplamos con devoción aquello que se presente a nuestro corazón, como enviado por Dios Mismo. Aquellos que oran con más coraje y decisión, pueden escuchar claramente en su interior ese mensaje; con esto, empiezan a vivir con más atención y templanza, siempre dispuetos a no hacer nada que no sea precedido del anuncio divino.

Hay otra forma de conocer la voluntad de Dios, que, en general, es utilizada con frecuencia por la Iglesia. Se trata del consejo de los padres espirituales y los confesores. La gran bendición de la obediencia, que ampara amorosamente a los fieles que la aprecian, se convierte en el conocimiento de todo lo que no conocen, y en protección y fuerzas para poder poner en práctica los consejos-preceptos recibidos, porque Dios se revela a los obedientes por medio de Su amor paterno. La práctica de la obediencia como virtud fundamental, es también un rasgo que identifica a sus hijos con el Hijo de Dios, Quien se hizo obediente hasta la muerte. Y, tal como a Jesús se le dio todo el dominio y toda la benevolencia del Padre, así también a los obedientes se les da a conocer la voluntad divina y se les concede la Gracia necesaria para poder cumplir con los deseos de Dios.

(Traducido de: Iosif MonahulBătrânul Iosif Sihastrul. Nevoințe – Experiențe – Î nvățături, Schitul Lacu, 2001, p. 107)