Discípulos de Cristo, hombres de paz
¿A qué otra cosa le darán prioridad, sino a la paz, las almas cuya principal preocupación y esperanza está en pensar todo el tiempo en la ley de Dios?
Ya que Cristo “es nuestra paz, Quien hizo de ambos (mundos) uno, derribando el muro de la separación y destruyendo la enemistad en Su cuerpo” y todo lo hizo con la paz de Su alma, ¿a qué otra cosa le darán prioridad, sino a la paz, las almas cuya principal preocupación y esperanza está en pensar todo el tiempo en la ley de Dios?
Son personas que “siguen el camino de la paz”, como dice el Santo Apóstol Pablo, más allá de cualquier otra cosa, uniendo a otros en su búsqueda, apartando todo odio y enemistad, sabedoras de que la paz es tan preciosa, que fue por ella que el Señor descendió a la tierra y redimió al hombre. Él, a pesar de ser el Soberano del mundo entero, no encontró nada que valiera lo que esta paz, por la cual derramó Su sangre. Así, viendo que en el mundo creado no había ninguna criatura digna de la paz y la reconciliación que Él trajo, el Señor hizo una criatura nueva desde Su Sangre, deviniendo en Pacificador y “Señor de la Paz”.
Por eso, los fieles que honran Su Sangre, ¿qué otra cosa tendrían que hacer para reconciliar en este mundo a todos, de manera que puedan llegar a ser “pacificadores” entre sus semejantes?
(Traducido de: Sfântul Nicolae Cabasila, Despre viața în Hristos, Editura Institului Biblic și de Misiune Ortodoxă, București, 2009)