Palabras de espiritualidad

Dos aspectos a tomar en cuenta al explicar en qué consiste la caridad

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Al necesitado es mejor enseñarle a pescar, para que tenga la posibilidad de alimentarse el resto de su vida, que ofrecerle un trozo de pescado una sola vez y que coma hasta saciarse, aunque después lo vuelvas a dejar ahí donde lo encontraste, en la calle.

Padre, en algún lugar escuché a un sacerdote decir que no es bueno ayudar a quienes bien podrían ganarse el pan con su trabajo, pero se han acostumbrado a mendigar, de tal forma que no conocen otra forma de vida. Lo peor de todo es que también les enseñan a sus hijos a pedir limosna, y estos, a su vez, crecerán repitiendo lo mismo que vieron hacer desde pequeños. ¿Qué piensa usted de todo esto? ¿Es pecado estimular la holgazanería?

—Decía un padre: “Si crees que tu hermano es bueno, bueno lo hallarás. Y si crees que es malo, malo lo hallarás”. El mismo sacerdote recordaba que en el Paterikón hay un relato muy hermoso, en el cual, un hombre rico le obsequió un abrigo a un pordiosero, y este, viendo que se trataba de una prenda de muy buena calidad, lo vendió y después se fue a beber con el dinero obtenido. Esa misma noche, habiéndose enterado de la treta del mendigo, el rico se llenó de pesadumbre, y pensó: “¡Le doy uno de mis mejores abrigos, y él va y lo vende, con tal de embriagarse!”. Fastidiado, se fue a dormir, y tuvo un sueño en el que se le apareció nuestro Señor Jesucristo envuelto en aquel abrigo. Con dulzura, nuestro Señor le preguntó: “¿Conoces este abrigo?”. Y él respondió: “Sí, Señor, claro que lo conozco… ¡es mío!”. Y nuestro Señor le dijo: “No te entristezcas. Ahora Soy Yo quien lo lleva puesto”.

Pero también hay otro ejemplo. Al necesitado es mejor enseñarle a pescar, para que tenga la posibilidad de alimentarse el resto de su vida, que ofrecerle un trozo de pescado una sola vez y que coma hasta saciarse, aunque después lo vuelvas a dejar ahí donde lo encontraste, en la calle.

(Traducido de: Adrian Alui GheorghePărintele Iustin și morala unei vieți câștigate, Editura Credința Strămoșească, pp. 81-82)