El alma herida por la saudade se acerca a Dios
Durante la oración empieza el despertar a la vida en Dios.
Durante la oración empieza el despertar a la vida en Dios.
Ese eco armonioso que oyes en tí mismo, es la señal de que estás vivo y que quieres permanecer vivo en la alegría de la gracia dadora de vida. San Cipriano dice, “¿Cómo quieres que Dios te escuche, cuando no te escuchas ni siquiera a tí mismo?”. O, “¿Dime en dónde estás, cuando no te hallas en tu propio interior?”. Nuevamente, “El don toma lugar en nosotros, en la medida en que nuestro 'yo' se despierta y nos desprendemos de nuestros vicios”. Cuando el corazón se limpia de sus iniquidades, entonces se enciende el sentido que tiende hacia el buen Dios.
(Traducido de: Arhimandrit Ioanichie Bălan, Ne vorbeşte Părintele Arsenie, vol. 3, Editura Episcopiei Romanului, 1998, p. 75)