El alma sana vive los dones del Espíritu Santo
¿Los tienen? Tienen la felicidad, a Cristo, el Paraíso. Entonces hasta nuestro organismo funciona de maravillas, sin problemas. La gracia de Dios cambia al hombre, lo transforma espiritual y físicamente. Entonces todas las enfermedades se van.
Si amamos a Cristo, todo es más fácil. Yo creo que aún no lo consigo. Todavía me esmero en amarlo. En Cristo está todo: lo bello, lo sano. El alma sana vive los dones del Espíritu Santo, que son: “caridad, alegría, paz, comprensión de los demás, generosidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí mismo” (Gal. 5, 22-23). El hombre de Dios vive todo lo que menciona el Apóstol Pablo en su himno al amor: “El amor todo lo soporta, el amor es bondadoso... no piensa mal... todo lo sufre, todo lo cre... el amor no muere nunca” (I Corintios 13, 4-8).
¿Los tienen? Tienen la felicidad, a Cristo, el Paraíso. Entonces hasta nuestro organismo funciona de maravillas, sin problemas. La gracia de Dios cambia al hombre, lo transforma espiritual y físicamente. Entonces todas las enfermedades se van. Nada de colitis, ni de tiroiditis, ni problems del estómago. Nada. Todo funciona normalmente. Es bello caminar, trabajar, moverte y sentirte sano. Pero en primer lugar está la salud espiritual. Ella es la base; la salud física es secundaria. Casi todas las enfermedades tiene su origen en la falta de fe en Dios, que produce intranquilidad. Y ese desasosiego aparece cuando no existe el sentimiento religioso. Si no tienen amor por Cristo, entonces no se ocupen de cosas santas, porque inevitablemente se llenarán de melancolía y de cosas malas.
(Traducido de: Ne vorbeşte părintele Porfirie – Viaţa şi cuvintele, Traducere din limba greacă de Ieromonah Evloghie Munteanu, Editura Egumeniţa, 2003, pp. 295-296)