El alma y el fango del pecado
Que esto te ayude a apartarte del pecado, que ensucia tu alma y te hace indigno de ser visto por Dios.
Piensa que estás viendo a un hombre vestido con puros harapos, medio desnudo y lleno de barro de pies a cabeza.
Bien, ahora vuelve tu mente hacia el alma llena de pecados, despojada de la Gracia de Dios como de un atuendo bellísimo y, en vez de esto, vestida con toda la suciedad de las pasiones pecaminosas, cual andrajos.
Un individuo sucio y embarrado es desagradable ante los ojos de los demás; sin embargo, ante los ojos de Dios es más repulsiva el alma cubierta por la miseria del pecado. Que esto te ayude a apartarte del pecado, que ensucia tu alma y te hace indigno de ser visto por Dios.
(Traducido de: Sfântul Tihon din Zadonsk, Dumnezeu în împrejurările vieţii de zi cu zi, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, p. 77)