El amor materno es único
El amor de la mamá es tan grande, que no puede describirse ni medirse. Es un don divino que recibimos mientras tenga vida nuestra amorosa madre.
Todos los recuerdos de nuestra infancia toman la forma de gestos bellos y conmovedores, imposibles de borrar y dignos de permanecer, porque han sido muestras del amor de nuestra mamá. El amor de la mamá es tan grande, que no puede describirse ni medirse. Es un don divino que recibimos mientras tenga vida nuestra amorosa madre.
Y cuando ella parte hacia el Cielo, extrañamos con fuerza su amor. Así, cuando nuestra mamá ya no está con nosotros, recordamos con dolor y preguntamos, “¿Quién, en este mundo, puede amar más? ¿Quién puede estar más lleno de amor?”
(Traducido de: Atanasie I. Skarmoghiani, Mamele creștine ale Sfinților Trei Ierarhi, traducere de Pr. Victor Manolache, Editura Egumenița, Galați, 2012, p. 54)