El amor que nos lleva a la eternidad
Puede que alguno diga, al igual que aquel hombre rico: “Todos esos mandamientos los he guardado, porque no he robado, ni he matado a nadie, y tampoco he cometido adulterio”.
“¿Qué es aquello que nos hará regocijarnos en la vida eterna?”, me preguntarás. Escuchaste al Juez, departiendo con un joven sobre este asunto. Y, cuando el joven le preguntó a Cristo: “¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?” (Mateo 19, 16), el Señor le habló de los mandamientos, para concluir haciendo énfasis en el mandamiento del amor al prójimo. Puede que alguno diga, al igual que aquel hombre rico: “Todos esos mandamientos los he guardado, porque no he robado, ni he matado a nadie, y tampoco he cometido adulterio”. Pero no podrás sostener que has amado a tu prójimo de la forma en que tendrías que haberlo amado, porque o lo has odiado, o lo has juzgado, o no lo defendiste cuando alguien lo acusaba injustamente, o no le diste nada de lo tuyo, no simplemente no lo amaste (Homilía XXXIX sobre el Evangelio según San Juan).
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Texte alese, vol. 1, traducere de Preot Ioan Andrei Târlescu, ediție îngrijită de Ierom. Porfirie Nichita, Editura Bunavestire, Bacău, 2012, pp. 20-21)