El amor “selectivo” no es amor al prójimo
En la vida cotidiana es posible encontrarte con muchas personas que, si no vienen directamente a hacerte el mal, tampoco tienen la disposición de hacerte el bien.
En la vida cotidiana es posible encontrarte con muchas personas que, si no vienen directamente a hacerte el mal, tampoco tienen la disposición de hacerte el bien. El alma de esas personas carece de amor. Cuando amas en verdad, deseas todo el bien del mundo no sólo para tus seres cercanos, sino para la humanidad entera. Deseas hacerle el bien a todos, irradiar alegría, darles alguna sorpresa agradable. El hombre de bien es tan útil para los demás, como para sí mismo.
(Traducido de: Înaltpreasfințitul Andrei Andreicuț, Repere de morală creștină, Editura Reîntregirea, Alba-Iulia, 2007, p. 82)