Palabras de espiritualidad

El amor verdadero es desinteresado

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Nadie nos obliga a amar: es una elección propia. ¿Quieres amar a alguien? Hazlo desinteresadamente. ¿No quieres? No le ames.

Algunos preguntan, legítimamente: “Si el amor consiste sólo en recibir, y amamos al otro sin pedir nada a cambio, ¿acaso no llegará el momento en que éste se acostumbre sólo a tomar, dejando de apreciar nuestro amor?”.

Empezaremos diciendo que esperar algo a cambio de nuestro amor es un error total. Si la persona realiza gestos bellos, partiendo de semejante idea, es que no ama en verdad. El amor auténtico es desinteresado, se practica en el nombre de Dios, Quien es Amor, y en el nombre de nuestro semejante. Como decía una presbítera amiga mía, “no necesito un esposo para que repare cosas, sino para que me ame”.

En segundo lugar, si amamos desinteresadamente, vendrá el momento en que el otro querrá hacer lo mismo por nosotros. El hombre fue creado con la necesidad de amar, de hacer algo por los demás; no puede permanecer solamente recibiendo, infinitamente. Debe dar también, si su corazón aún no ha sido inundado definitivamente por las iniquidades.

En general, otro camino distinto a amar sin esperar nada a cambio no existe, porque lo contrario no se trataría de un amor verdadero. Nadie nos obliga a amar: es una elección propia. ¿Quieres amar a alguien? Hazlo desinteresadamente. ¿No quieres? No le ames.

(Traducido de: Pr. Pavel Gumerov, Conflictele familiale: prevenire și rezolvare, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2013, pp. 64-65)