El amor y la generosidad, siguiendo el ejemplo de Dios
Esta es la característica divina, la del Amor perfecto; dar no sólo de lo que es Suyo, sino darse también a Sí Mismo.
Sabiendo todo lo que nuestro Bondadosísimo Creador les da a Sus criaturas, es necesario diferenciar que Él les da o de aquello que es Suyo, o de lo que lo constituye a Sí Mismo. Cuando Él les da luz, lluvia, cosechas abundantes, salud, prosperidad o el conocimiento de la naturaleza, les está dando algo de lo que es Suyo; en otras palabras, Él les da algo que ha creado, algo que es Suyo, pero que no es Él Mismo. Sin embargo, cuando Él da Su Espíritu Santo, Él se entrega a Sí Mismo. Esta es la característica divina, la del Amor perfecto; dar no sólo de lo que es Suyo, sino darse también a Sí Mismo.
En consecuencia, tú que honras a Dios, debes saber que hay tres clases de espíritus: el Espíritu Santo de Dios, el espíritu natural y los espíritus de los demonios. Repito: de la forma en que es el espíritu que hay dentro del hombre, así también es el hombre en su integridad.
(Traducido de: Sfântul Ierarh Nicolae al Ohridei și Jicei; Fericitul Arhimandrit Justin Popovici, Taina și semnificația bătăliei de la Kosovo, traducere din limba engleză de Paul Bălan, Editura Anestis, 2013, pp. 79-80)