El arma del sacerdote
El incensario es el signo de la Gracia encendida, quemante y fragante del Espíritu Santo, que respira en todos los corazones creyentes y preparados para recibirla.
El incensario —con los carbones y el incienso— es un arma poderosísima en mis manos: es el símbolo de la Gracia que Dios me ha otorgado, y del poder y la autoridad de orar por todo el mundo, especialmente por aquellos que forman parte de la santa, universal y apostólica Iglesia. Es el signo de la Gracia encendida, quemante y fragante del Espíritu Santo, que respira en todos los corazones creyentes y preparados para recibirla. Es el fuego y el aroma de Su santidad y de todos los dones de la Gracia. Y también sirve para representar a la Madre del Señor, quien portó en su vientre los carbones encendidos de la Divinidad.
(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronștadt, Liturghia – cerul pe pământ, Editura Deisis, 2002, p. 290)