Palabras de espiritualidad

El arrepentimiento, una necesidad urgente

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Tenemos que volver corazón a Dios y pedir la paz del Señor, para que nos dé las fuerzas que necesitamos para ser buenos. Por nuestro bien, tengamos pensamientos y deseos buenos.

Sufrimos, porque nuestros pensamientos y deseos son malos. Nosotros mismos nos los provocamos, porque somos todo un pueblo que carece de contrición. Si ni siquiera los fieles se arrepienten, ¿qué podemos decir de los incrédulos? Es necesario renovar la contrición. Esto consiste no solamente en la confesión con el padre espiritual, aunque esta es importantísima para librarnos de los pensamientos perniciosos, sino especialmente en regresar al Bien perfecto. Así pues, (debemos) volver a Dios, porque el Bien perfecto es Dios. Tenemos que volver corazón a Dios y pedir la paz del Señor, para que nos dé las fuerzas que necesitamos para ser buenos. Por nuestro bien, tengamos pensamientos y deseos buenos. El problema es que no lo hacemos, por eso sufrimos. Dios está en nosotros, y ya que Él es amor, no perturbará nuestra débil voluntad. Hay en nosotros mucho mal, que en algún momento termima saliendo a la superficie: sea en nuestra familia, o en nuestro lugar de trabajo, o en la sociedad. Finalmente, todo termina en terribles sufrimientos.

Y es que el mal no radica solamente en nosotros, sino en el mundo entero. Pero, especialmente en nosotros, porque fuimos elegidos por el Señor: somos cristianos. Son muchas las almas de nuestro pueblo que han sufrido por el Señor, y que oran a Él y a la Madre de Dios, pero nosotros obstaculizamos todo esto con nuestros pensamientos y anhelos. Con todo, el Señor nos protege, nos protege mucho... Por eso, tenemos que esforzarnos en arrancar el mal que haya en nosotrso.

(Traducido de: Starețul Tadei de la Mănăstirea Vitovnița, Cum îți sunt gândurile, așa îți este și viața, Editura Predania, București 2007)