Palabras de espiritualidad

El bagaje genético y espiritual de los padres

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Luego, el niño puede ser educado ya desde el mismo vientre. Él es la síntesis de ambos padres al momento de la concepción, y hereda el bagaje genético que sus progenitores le aportan. Por tanto, si durante los nueve meses del embarazo recibe un buen alimento espiritual y material por parte de su madre, con certeza nacerá sano física y espiritualmente.

Es muy importante que la mujer encinta ore, que intente ser apacible, que perdone, que no odie, que no sienta envidia. En otras palabras, que viva en la luz del Espíritu Santo, y ese estado se lo transmitirá a su hijo. El niño nacerá, entonces, con las mismas inclinaciones: a orar, a ser bueno, a perdonar, a no envidiar... Y así será toda su vida, si consigue materializar y fructificar esas predisposiciones genéticas positivas.

Pero si la mujer fuma, si tiene inclinaciones inmorales y no sabe resistir las tentaciones del mal, el niño nacerá con las mismas malformaciones espirituales y talvez su vida sea una copia de la de su mamá.

Luego, el niño puede ser educado ya desde el mismo vientre. Él es la síntesis de ambos padres al momento de la concepción, y hereda el bagaje genético que sus progenitores le aportan. Por tanto, si durante los nueve meses del embarazo recibe un buen alimento espiritual y material por parte de su madre, con certeza nacerá sano física y espiritualmente.

También el marido tiene una obligación muy grande, cuando la esposa está embarazada. Le corresponde ayudarla en todo y crear un ambiente adecuado de luz, paz, serenidad y amor. Él, como hombre, talvez no pueda transmitirle directamente muchas cosas a su hijo, pero sí que puede ejercer una influencia positiva o negativa sobre él, de acuerdo al relacionamiento que sostenga con su esposa.

(Traducido de: Arhimandrit Ioachim Pârvulescu, Sfătuiri duhovniceşti, Sfânta Mănăstire Lainici, 2004, pp. 59-60)