El camino a la santidad en la vida de San Moisés el Etíope
Ordenado sacerdote cuando ya era casi un anciano, supo cuándo había llegado el final de sus días, mandando a los demás monjes que huyeran, porque el monasterio iba a ser atacado por un grupo de maleantes.
Etíope de nacimeinto, como su mismo apelativo nos lo indica, San Moisés fue esclavo de un funcionario, pero, debido a sus constantes desmanes, fue echado por su patrón. Tiempo después, se convirtió en el cabecilla de una banda de ladrones. Lleno de remordimientos, se apartó de todo por un tiempo y se fue a vivir a un monasterio, luchando constamente con el demonio del desenfreno.
Luego de seis años de “resistencia” por no abandonar la vida monacal, el Señor lo libró de esa lucha y lo purificó de todos aquellos pensamientos de lujuria.
Ordenado sacerdote cuando ya era casi un anciano, supo cuándo había llegado el final de sus días, mandando a los demás monjes que huyeran, porque el monasterio iba a ser atacado por un grupo de maleantes. Pero él, con otros seis hermanos que no quisieron abandonarle, se quedaron para recibir el pago por los pecados cometidos cuando vivían en el mundo y fueron asesinados. San Moisés tenía setenta y cinco años cuando murió, luego de una vida entera llorando por los pecados de su juventud.