El clamor de Cristo
“¡Cuánto he llorado, cuánto he sufrido por las heridas de vuestros hermanos, porque también Yo sé llorar y Mi llanto es callado, y nadie en el mundo lo puede consolar!”.
¿Qué crees que susurra sin cesar nuestro Señor Jesucristo al oído de nuestro corazón, con una voz afable y dulce? “¡Amad, amad bien, amad a todo el mundo, amad con fuerza a cada corazón herido! ¡Cuánto he llorado, cuánto he sufrido por las heridas de vuestros hermanos, porque también Yo sé llorar y Mi llanto es callado, y nadie en el mundo lo puede consolar! ¡Cuánto os amo Yo, y Mi amor es divino! ¡Solamente esto os pido, solamente esto necesito para venir a vosotros!”.
(Traducido de: Arhimandritul Arsenie Papacioc, Scrisori către fiii mei duhovnicești, Mănăstirea Dervent, Constanța, 2000, p. 34)