El corazón espiritual del hombre
¡Dichoso de aquel que, en vez escrutar los misterios del ser de Dios, obedece Sus mandamientos, sintiendo cada vez más fuerte Su amor en el corazón!
Si una serpiente te muerde en un dedo, el veneno no tendría ningún efecto en tu organismo, si la sangre no lo llevara al corazón. Si el médico te pone un medicamento en el dedo, este no te ayudaría, si la sangre no lo llevara al corazón. Al corazón llegan tanto el veneno como el medicamento. Todo lo que envenena la vida y todo lo que la sana debe llegar al corazón y pasar por él.
Ahí en donde está el centro del sistema circulatorio de la sangre del hombre, ahí está también el centro del sistema circulatorio espiritual. El corazón del cuerpo es el órgano del corazón espiritual. Y aunque esta es la realidad, esta realidad sigue siendo un gran misterio.
Verdaderamente insondable es este misterio para nuestra mente, porque la mente es más pequeña que el corazón; el corazón abarca la mente, pero la mente no abarca al corazón. La parte no comprende el todo y nada de lo que es inferior podría entender lo que es más elevado. Así es como Dios quiso que fueran las cosas. ¡Dichoso de aquel que, en vez escrutar los misterios del ser de Dios, obedece Sus mandamientos, sintiendo cada vez más fuerte Su amor en el corazón!
(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Inima în marele post, Editura Predania, București, 2010, pp. 10-11)