El cristiano es un hombre de lucha
Verdaderamente grande es la recompensa de los que luchan. Estamos hablando de la luz eterna, la luz de la felicidad, la luz viva y vivificadora, que recibirán por tanto sacrificio.
No rehúyas la lucha contra el maligno. Verdaderamente grande es la recompensa de los que luchan. Estamos hablando de la luz eterna, la luz de la felicidad, la luz viva y vivificadora, que recibirán por tanto sacrificio. El Señor les dijo a Sus discípulos: “Os aseguro que vosotros lloraréis y gemiréis, pero el mundo gozará; vosotros os entristeceréis, pero vuestra tristeza se cambiará en alegría… Vuestro corazón se alegrará y nadie os quitará ya vuestra alegría” (Juan 16, 20, 22, 33). Esto significa que es una alegría eterna. Y los sufrimientos se disiparán como el humo, como el polvo.
(Traducido de: Filocalia de la Optina, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 59)