Palabras de espiritualidad

El cuidado que desde siempre nos ha prodigado la Madre del Señor

    • Foto: Bogdan Bulgariu

      Foto: Bogdan Bulgariu

La Reina Celestial no dejaba sin respuesta esa fe, sino que siempre enviaba su auxilio a quienes acudían a ella con esperanza.

Sabemos, a partir de datos históricos, que nuestros antepasados, cristianos ortodoxos, eran hombres temerosos de Dios y poseedores de una fe fuerte y profunda en la intecesión celestial de la Madre del Señor. Y la Reina Celestial no dejaba sin respuesta esa fe, sino que siempre enviaba su auxilio a quienes acudían a ella con esperanza. Es difícil hablar de alguna aflicción o desdicha de la cual ella no los haya librado al recibir sus plegarias llenas de fervor.

Con la mediación y protección de la Santísima Virgen, aquellos que sufrían de enfermedades incurables eran sanados de sus dolencias. Otros eran salvados de una muerte terrible, del ataque de los malhechores, de morir ahogados, de incendios, de morir congelados. La intercesión de la Madre del Señor evitaba todas las desgracias de la humanidad: incendios, hambrunas, guerras. Aldeas, ciudades y regiones enteras, por medio de las oraciones de la Reina del Cielo, eran protegidas de enfermedades mortales y epidemias. Y hay muchísimos más ejemplos de su cuidado y protección para con los cristianos ortodoxos.

(Traducido de: Arhimandritul Chiril Pavlov, Lauda Maicii Domnului, Editura Egumenița, Galați, 2012, p. 10)