El deber de honrar a nuestros padres
Compórtate con ellos como quieres que tus hijos se comporten contigo, porque es especialmente en esto que se manifiesta la verdad de aquellas palabras: “lo que siembres, eso cosecharás”.
Mientras tengas a quién llamar “papá” o “mamá”, ¡qué dichoso, agradecido y amoroso tendrías que mostrarte al pronunciar esas palabras, realmente únicas en este mundo! Mientras vivan tus padres, tu papá y tu mamá, pronuncia su santo nombre con el respeto y la honra que les son debidos. Atiéndelos con amor, cuídalos con devoción, escúchalos con respeto. No desprecies su rostro envejecido, ni sus palabras, quizás débiles, ni su pasado modesto.
Compórtate con ellos como quieres que tus hijos se comporten contigo. No te muestres irascible, indiferente o lejano con ellos, porque es especialmente en esto que se manifiesta la verdad de aquellas palabras: “lo que siembres, eso cosecharás”. Si los llamas “mamá” y “papá” como corresponde, haces bien, porque estás demostrando que eres una persona íntegra.
(Traducido de: Un mare mărturisitor creștin: Preotul Constantin Sârbu, Editura Bonifaciu, București, 2008, p. 188)