Palabras de espiritualidad

El diálogo entre un santo y un demonio

    • Foto: Stefan Cojocariu

      Foto: Stefan Cojocariu

Translation and adaptation:

“En verdad, maravilloso es Dios entre Sus santos”, dijo San Nifón, viendo lo que ocurría. Dios da coraje y poder a Sus siervos, y Él mismo es “la fuerza de Su pueblo”.

Cierto día, cuando el piadoso Nifón caminaba en silencio, vio que algunos metros delante él iba otra persona, a quien pronto reconoció como un devoto cristiano. En un momento dado, el padre Nifón vio que de la nada apareció un horrible demonio, quien empezó a revolotear alrededor de aquel hombre, lanzándole pensamientos impuros. El caminante, manteniendo la mente dirigida a Dios, rechazaba los ataques del espíritu maligno. Por momentos, se volvía hacia el demonio y lo escupía, reprendiéndolo. Viendo cómo el demonio insistía en seguir molestando al hombre, el padre Nifón le dijo en voz alta, lleno de enfado:

—¡¿Puedes dejar de molestar a esta criatura de Dios, so perverso?! ¿Qué ganas tú perdiendo su alma?

—Ahora mismo te lo diré —respondió el demonio—. Desde luego que no gano nada, pero, aunque no quiera, estoy obligado a atacarlo. También nosotros tenemos nuestros líderes, quienes nos ordenan estar atentos a no atenuar nuestra guerra en contra de la humanidad. ¡Y ay del demonio al que nuestros jefes encuentren descuidando esa tarea! Lo golpean y lo atormentan terriblemente.

—¡Ah, miserable! ¿No sabes que te espera el fuego eterno por tus miserables pecados? ¿Por qué no te ocultas en alguna cueva y empiezas a llorar por el atroz castigo que te mereces? —dijo el anciano.

Avergonzado, el demonio se hizo invisible. En se momento iba pasando por el lugar un monje con el rostro lleno de luz y serenidad. El padre Nifón vio que de su boca salían como llamas que se elevaban al cielo. Detrás de él venía un ángel que era como una columna de fuego, quien, con la espada levantada, cuidaba el alma y el cuerpo del monje. Por momentos, el ángel se volvía y, con gesto amenazador, ahuyentaba a los demonios que querían tentar al piadoso monje. “En verdad, maravilloso es Dios entre Sus santos”, dijo San Nifón, viendo lo que ocurría. Dios da coraje y poder a Sus siervos, y Él mismo es “la fuerza de Su pueblo”. ¡Bendito sea Dios por siempre!

(Traducido de: Viaţa şi învăţăturile Sfântului Ierarh Nifon, traducere de Protosinghel Petroniu Tănase, Editura Mânăstirea Sihăstria, Vânători, 2004, p. 64)