De entre todos los huéspedes alojados en cualquier hostería, algunos se permiten pagar una cama; otros, no, razón por la cual deben dormir directamente sobre el suelo. Esto no impide que ronquen tanto como los primeros. Al amanecer, todos se levantan y se van, dejando atrás el lecho pagado y llevándose consigo solamente sus propias cosas.

Lo mismo ocurre con quienes han vivido en este mundo, tanto los que supieron vivir con poco, como esos otros que todo el tiempo se vieron rodeados de bienestar y comodidad. Unos y otros abandonaron esta vida como si fuera una posada, un hostal, sin poder llevarse nada, solamente su equipaje, sus acciones, buenas y malas, cometidas durante sus años de vida.

(Traducido de: Sfântul Antonie cel Mare, Învățături despre viața morală, traducere de Pr. Prof. Dumitru Stăniloae, în Filocalia, vol. I, Sibiu, 1947, p. 18)