Palabras de espiritualidad

El Espíritu de Dios que todo lo renueva

  • Foto: Benedict Both

    Foto: Benedict Both

“También el Espíritu Santo representa para nosotros la imagen del Santo Bautismo, en el cual, con Su movimiento sobre el agua, da a luz a los hijos de Dios.

“… Y el Espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas”. En este punto podemos observar la acción de la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, cuando la creación.

San Ambrosio escribe: «Aún no se había alcanzado la plenitud en la acción del Espíritu, como está escrito: “Con Su palabra surgieron los cielos, y con el Espíritu de Su boca todo lo que hay en ellos” (Salmos 32, 6). [...] El Espíritu andaba sobre la tierra, para ayudarla a dar frutos, porque, con el auxilio del Espíritu, las semillas germinaban, como bien dice el profeta: Si envías Tu Espíritu, son creados y así renuevas la faz de la tierra” (Salmos 103, 30)».

San Efrén nos ofrece una imagen muy “doméstica” sobre la acción del Espíritu en el Primer Día: «[El Espíritu Santo] calentó las aguas y las volvió fértiles y fecundas, como el ave que se posa sobre el huevo con las alas abiertas, para enclocarlo con su calor, haciéndolo fructífero. También el Espíritu Santo representa para nosotros la imagen del Santo Bautismo, en el cual, con Su movimiento sobre el agua, da a luz a los hijos de Dios».

El Espíritu Santo participó también en los otros días de la Creación, porque Job habla de “el Espíritu divino que me creó a mí” (Job 33, 4).

(Traducido de: Ieromonahul Serafim RoseCartea Facerii, crearea lumii noi și întâiul om: perspectiva creștin-ortodoxă, traducere de Constantin Făgețan, ediția a 2-a, revizuită, Editura Sophia, București, 2011, pp. 72-73)