El Espíritu Santo nos ayuda a que podamos amar a nuestros enemigos
Es entonces cuando el hombre siente que puede amar a todos y perdonarlos, porque el mayor enemigo, que es la muerte, ha sido apartado de él y ya no le teme a nada.
El amor por nuestros enemigos es un inmenso don del Espíritu Santo. El hombre es incapaz de amar a sus adversarios, si no está lleno del Espíritu Santo. La presencia del Espíritu Santo en el hombre aparrta el temor a la muerte y la lucha por la supervivencia. Es entonces cuando el hombre siente que puede amar a todos y perdonarlos, porque el mayor enemigo, que es la muerte, ha sido apartado de él y ya no le teme a nada.
Por eso, San Siluano dice que el amor a los enemigos da testimonio de la presencia del Espíritu Santo y la verdad de Dios en la persona del hombre.
(Traducido de: Arhimandritul Zaharia Zaharou, Merinde pentru monahi, Ediția a II-a, Editura Nicodim Caligraful, Mănăstirea Putna, 2013)