El estado de serenidad ante Dios
Todo lo que debemos buscar con nuestra oración es asentar en nuestro corazón el sentimiento de paz ante Dios y esforzarnos en no perderlo.
Todo lo que debemos buscar con nuestra oración es asentar en nuestro corazón el sentimiento de paz ante Dios y esforzarnos en no perderlo.
No pidamos insistentemente distintos movimientos y estados de éxtasis.
Y cuando el Señor nos envíe ciertos estados al orar, agradezcámosle por ello, sin atribuírnoslos a nosotros mismos. Y al desaparecer esos estados, no nos entristezcamos demasiado, como si se tratara de una gran pérdida; al contrario, llenos de humildad, volvamos a aquel sereno sentimiento ante Dios.
(Traducido de: Vlădica Antonie Mărturisitorul, Calea rugăciunii lăuntrice - Manualul isihiei, Editura Egumenița, p.144)