El hombre cortés pero egoísta
Que nadie pierda su tiempo inútilmente, amonestando espiritualmente a quienes gustan de enfrascarse en discusiones meramente terrenales, solamente para expresar sus opiniones de forma egoísta.
Hay personas que manifiestan bondad, que son amables, pero esto no significa que tengan nobleza espiritual, capacidad de sacrificio. Que tenga rasgos virtuosos es otra cosa. El hombre que practica la cortesía del mundo y se acostumbra a fingir puede hacer mucho daño, porque los demás caen en el engaño de su falsedad y, abriéndole su corazón, terminan malgastando su devoción en un hombre terrenal, que ni siquiera sabe qué es la devoción. Es como si le dieras monedas de oro a quien no conoce sino las de bronce. Por eso, que nadie pierda su tiempo inútilmente, amonestando espiritualmente a quienes gustan de enfrascarse en discusiones meramente terrenales, solamente para expresar sus opiniones de forma egoísta.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești, vol.2: Trezvie duhovnicească, traducere de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, Ed. a 2-a, Editura Evanghelismos, București, 2011, p. 138)