Palabras de espiritualidad

El hombre, ser libre y eucarístico

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

“El hombre empieza a existir solamente en el momento en el que se comunica, al menos, con un segundo hombre”. 

El hombre, ser libre y eucarístico, tiene también una tercera característica que le define: es un ser social. Es, como dice Aristóteles, un “zoon politikón”, porque no deviene verdaderamente en él mismo, realmente humano, sino viviendo con otros, es decir, en una comunidad organizada socialmente. También el asceta se prepara para la vida en lo solitario viviendo antes en la comunidad del monasterio. El hombre es “dialogante”. Como dice John Macmurray: “El hombre empieza a existir solamente en el momento en el que se comunica, al menos, con un segundo hombre”.

Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” (Génesis 1, 26). “Hagamos al hombre”. Para los Padres de Oriente, esto significa el trabajo en conjunto de la Santísima Trinidad. El ser humano es creado según la imagen de la Santa Trinidad, es decir, según la imagen del Dios que es Uno y Trino. Luego, el hombre está llamado a manifestarse, al igual que Dios, comunitariamente o en comunión. Tal como Dios no es una mónada aislada, sino la unión de tres Personas que se contienen eternamente Una a la Otra en un movimiento de incesante amor recíproco, tampoco el hombre llega a ser verdaderamente él mismo —plenamente hombre, según la imagen de Dios—, sino cuando vive en y para su semejante.

(Traducido de: Episcopul Kallistos Ware, Împărăţia lăuntrică, Editura Christiana, 1996, pp. 39-40)