El maligno no soporta ver el rostro ni oír el nombre de la Madre del Señor
Mientras más oremos, más sentiremos en nuestra vida su protección, porque ella es nuestra incesante intercesora ante nuestro Señor Jesucristo.
Los Santos Padres de la Iglesia dicen que los demonios tiemblan al escuchar el nombre de la Madre del Señor, porque ella dio a luz a nuestro Salvador, Hijo Unigénito de Dios, Quien destruyó y seguirá destruyendo, hasta el final de los tiempos, las artimañas del maligno, que sólo busca lejarnos de Él y perdernos para siempre.
El rostro de la Madre del Señor es imposible de soportar para los demonios. El maligno odia su sólo nombre. En consecuencia, ese nombre es de salvación para nosotros. Está claro cuán necesario es para nosotros acudir al amparo y auxilio de las oraciones de la Santísima Madre del Señor. Y, mientras más oremos, más sentiremos en nuestra vida su protección, porque ella es nuestra incesante intercesora ante nuestro Señor Jesucristo.
(Traducido de: Sfântul Ierarh Serafim (Sobolev) Făcătorul de minuni din Sofia, Predici, Editura Adormirea Maicii Domnului, Bucureşti, 2007, p. 51)