Ni la inteligencia, ni la educación sirven para nada, si no se utilizan al servicio del amor. Aunque los novios no sean creyentes, no podemos impedirles que se casen. Sin embargo, no llegarán a ningún lado, si no están con Cristo... “¡Nos amamos y ya está!”. Esto es solamente instinto. Esta forma de amor no dura nada.

El matrimonio en sí debe hacerse como dice el proverbio: ¡O se hace bien, o no se hace! Y es que se trata de algo que está al servicio de un ideal, no al servicio de los simples placeres. El amor, si no sirve a ideales más altos —en la soltería y después de casados— no llegará a nada positivo. Al contrario, te hará perder un tiempo valiosísimo.

“Se aman” es sólo una expresión. ¿Qué sentido tiene decir que “se aman”, si no creen en Dios? Sin Dios no existe certidumbre, ni idea de futuro, ni objetivo alguno. ¡Sin Iglesia, no existe nada!  Esta es la respuesta.

(Traducido de: Părintele Arsenie Papacioc, Despre armonia căsătoriei, ediţie îngrijită de Ieromonah Benedict Stancu, Editura Elena, Constanţa, 2013, pp. 33-34)