El misterio redentor del sufrimiento
No nos perturbemos viendo que el sufrimiento es una realidad que no podemos evitar, un problema que no podemos resolver, un misterio que, por nuestro bien y para nuestro progreso espiritual, nos une con la Cruz del Señor.
En francés, hay un dicho que reza algo así: “El sufrimiento en sí, pasa, pero el hecho de haber sufrido no pasa jamás”; lo que hayas llevado a tu interior te conforma positiva o negativamente, y te hace ser lo que eres.
Preparémonos para sufrir, sea un sufrimiento físico o un sufrimiento moral. Para poder soportar el sufrimiento moral y para obtener un provecho de él, tenemos que hacernos humildes. No nos perturbemos viendo que el sufrimiento es una realidad que no podemos evitar, un problema que no podemos resolver, un misterio que, por nuestro bien y para nuestro progreso espiritual, nos une con la Cruz del Señor. Es un misterio que nos une con el sufrimiento del Señor, Quien se apiadó de nosotros y nos salvó, porque nos ama. Es un misterio que nos une con el Señor, Quien nos ama incluso cuando nos deja sufrir, y Quien nos seca las lágrimas cuando sabe que sufrimos por nuestro propio bien.
(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Veniți de luați bucurie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2001, p. 162)