El pecado de apelar a la brujería y cosas similares
Debemos ser conscientes de que al demonio no le interesa hacernos el bien. Todo el “bien” obtenido por medio de hechicerías o cosas semejantes, es algo que no pervive por mucho tiempo y que termina destruyéndolo todo.
Debemos ser conscientes de que hay dos realidades: Dios y el demonio. Nuestro Buen Dios quiere que nos salvemos, pero el maligno se opone y quiere arrastrarnos a la eternidad del infierno. Por eso es que nos pone un sinfín de trampas, para atrapar a cuantos incautos pueda.
Es un gran error acudir a cosas como la hechicería, buscando hacer realidad algún deseo. Con el poder del maligno, es posible que aquel deseo se cumpla, pero no por mucho tiempo.
He oído de muchos casos de padres que buscan casar a sus hijos, con la ayuda de esos encantamientos. Quizá las cosas funcionen al principio, pero después terminan en una inevitable separación. Debemos ser conscientes de que al demonio no le interesa hacernos el bien. Todo el “bien” obtenido por medio de brujerías o cosas semejantes, es algo que no pervive por mucho tiempo y que termina destruyéndolo todo.
Luego, evitemos esas cosas, como si se tratara de meter las manos al fuego.
(Traducido de :Arhim. Ioachim Pârvulescu, Sfânta Taină a Spovedaniei pe înțelesul tuturor, Ed. Albedo, 2005, p. 71)