El pecado del prejuicio
Los juicios requieren un esfuerzo, una verificación; los prejuicios no requieren nada.
Entre los pecados de la mente se incluyen los prejuicios. Ante ellos, Jesús salió condenado. Estos pecados tienen también otros nombres: sospechas, suposiciones, formalismos, etc., según su intensidad.
Los prejuicios no son juicios. Los juicios requieren un esfuerzo, una verificación; los prejuicios no requieren nada. Por eso, son más comunes y se ganan a muchas más personas. Uno de los grandes pensadores de nuestra época dijo lo siguiente: “Basta con aceptar una sola idea equivocada como principio conductor, para que después ya no haya una absurdidad creíble, a la cual no se llegue de la forma más lógica posible” (Henri Bergson).
(Traducido de: Protosinghelul Arsenie Boca, Cuvinte vii, Ediția a II-a revizuită, Editura Charisma, Deva, 2006, p. 175)