El primer paso hacia el abismo lo damos cuando olvidamos a Dios
El hombre olvida las bondades de Dios, a Dios mismo y la búsqueda de su salvación. Olvida lo terrible que es quedarse sin Dios: desaparece la idea de muerte. En una palabra: desaparece todo nuestro lado espiritual. Y cuando esto sucede, aparecen la tristeza y la negligencia.
El hombre olvida las bondades de Dios, a Dios mismo y la búsqueda de su salvación. Olvida lo terrible que es quedarse sin Dios; se desvanece la idea de muerte. En una palabra: desaparece todo nuestro lado espiritual. Esto es provocado tanto por nuestro adversario, como por la dispersión de nuestro pensamiento, que proviene de acciones inútiles, especialmente por la atención a lo mundano. Todo lo espiritual es olvidado, el corazón se enfría y el sentimiento de lo que es realmente importante para el alma es interrumpido. El corazón pierde su sensibilidad.
Cuando esto sucede, aparecen la tristeza y la negligencia. Como consecuencia, los asuntos del alma son relegados o incluso eliminados, volviendo a la antigua desidia y a una vida llena de tristeza, por medio de una vida lejos de Dios y repleta de placer individual.
¡Semejante forma de vida no es más que vacío! Entonces, si no quieren caer en semejante abismo, cuídense de dar el primer paso: olvidar. Dicho de otra manera, tengamos presente siempre a Dios y Sus obras.
(Arhimandritul Serafim Alexiev, Călăuza rugătorului ortodox, traducere de Gheorghiță Ciocioi, Editura Sophia, București, 2015, pp. 5-6)